miércoles, 22 de junio de 2011

¿Y si caminamos juntos? Tú sabes... para no sentirnos solos, no es necesario que hablemos, ni mirarnos, solo quiero que estés aquí junto a mí, no tienes que escucharme mucho menos quererme, solo permanece a mi lado, solo no me dejes.


Patito

viernes, 17 de junio de 2011

Frut

Tan putrefacta entre las frutas... Nadie me comerá, solo esperaré a que el tiempo y las bacterias se deshagan de mi poco a poco. A nadie le importa

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Patito

martes, 14 de junio de 2011

Tal vez...

“siéntate, espera, se acercará”- me susurró jalándome de la muñeca hacia el suelo, ocultándonos tras las altas matas de la orilla del río. Yo estaba nerviosa, nunca me había atrevido a hacer esto, sin embargo, siempre lo había deseado. Él continuaba apretándome la muñeca, me hacía daño sin darse cuenta, al parecer estaba igual de intranquilo que yo. Gracias a la escasa luz de la luna podía ver entre la penumbra como su espalda desnuda se agitaba rápidamente a la par de su respiración, estaba quieto, inmóvil, sólo la ligera brisa movía lo alto de su cabellera, sus ojos entre los negros mechones miraban fijamente la sombra que se acercaba, parecía un animal acechando.

Estaba embelesada, el momento me parecía irreal, la luz del pueblo a lo lejos, su música, el susurrar del río y los arboles, el cantar de las cigarras, las verdes luciérnagas alrededor de nosotros, el vaho, la tenue luz lunar, el olor de la hierba y la tierra mojada, su aroma… ese aroma que yo conocía bien, tan cercano, tan tranquilo, tan suyo.

Me miró de reojo, frunció el seño advirtiendo mi distracción, se acercó ligeramente a mí y me dijo fríamente “es hora”. Tomé con fuerza mi cuchillo, mire sus ojos negros, profundos y asentí, inmediatamente vi cómo su mano se movió rápidamente a la bolsa que colgaba de su cinturón, sacó la daga y saltó hacia adelante… hice lo mismo.